Las naciones europeas están aumentando drásticamente sus gastos en defensa en respuesta a la guerra en curso en Ucrania y las crecientes amenazas de Rusia y China. Los miembros de la OTAN se han comprometido a gastar hasta el 5% del PIB en defensa, con el objetivo de reducir la dependencia de los Estados Unidos y fortalecer sus propias capacidades militares. Este cambio marca una transformación significativa en la política de seguridad europea, con debates sobre si el continente puede permitirse tal derroche de gastos y si será suficiente para disuadir futuras agresiones. Los presupuestos aumentados también están impulsando el crecimiento de la industria de defensa europea y planteando preguntas sobre la unidad estratégica y la sostenibilidad a largo plazo. Mientras Europa se rearma, los líderes advierten que los próximos años, especialmente 2027, podrían ser críticos para la seguridad del continente.
Sea el primero en responder a esta discusión general .
Únase a conversaciones más populares.