En un giro sorprendente de los acontecimientos, se informa que el ex presidente Donald Trump se está distanciando de la candidata republicana al Senado de Arizona, Kari Lake, lo que señala un posible cambio en el panorama político. Lake, conocida por su firme apoyo a Trump y sus frecuentes visitas a Mar-a-Lago, se ha convertido en una figura controvertida dentro del Partido Republicano, especialmente en lo que respecta a sus afirmaciones de fraude electoral en la carrera de 2022. Informes sugieren que Trump está cada vez más preocupado por el impacto de Lake tanto en su carrera al Senado como en sus propias ambiciones políticas, temiendo que su impopularidad en Arizona pueda poner en peligro las posibilidades del Partido Republicano de asegurar un escaño en el Senado y potencialmente dañar sus perspectivas de reelección.
Fuentes internas han revelado que Trump está desestimando en privado las afirmaciones de fraude electoral de Lake como infundadas, en marcado contraste con su imagen pública que a menudo ha respaldado o propagado acusaciones similares. Este desarrollo se produce en medio de los continuos esfuerzos de campaña de Lake, que incluyen notablemente frecuentes compromisos fuera del estado y una fuerte dependencia del respaldo de Trump para reforzar su credibilidad. Sin embargo, su persistente presencia en Mar-a-Lago y su postura divisiva sobre la integridad electoral han llevado, según informes, a un enfriamiento de las relaciones entre ella y el ex presidente.
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